Quise darle una oportunidad.
Era el típico libro que veía en la estantería de la biblioteca y pensaba:
Not for me, baby, not for me.
Y es que, a veces, simplemente sabes discernir cuando una lectura es para ti y cuando no….
…pero aquí está, sobre mi cama con su resplandeciente portada reflejando la luz del flexo y escuchando el suave tecleo de mis reflexiones.
Sabe que hablo de él.
Y hace más de una semana que no lo abro, y que lo veo más como una obligación que como un placer.
Qué duro eso.
Estamos en esa fase de la relación tóxica en la que piensas: «se veia venir, y no lo quise ver»
Así que me debato entre tirar pa`lante o tirar la toalla. Dejarme llevar por el: «Déjalo, tia, te mereces a uno mejor», o el «cariño, dame una oportunidad».
Es un libro tan distinto a lo que suelo leer últimamente que dejarlo a medias me reafirma en la idea de que el algoritmo nos tiene hipermalcriados.
De vez en cuando hay que leer algo malo. Ver algo peor. Aburrirse, o incluso «perder el tiempo».
Pero ese es otro melón.
Mientras tanto, voy a dirimir la batalla más apremiante que tengo ante mi ahora:
¿Leer o no leer? Esa es la cuestión.
Buenas noches <3
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