Autor: victoria96ms@gmail.com

  • Elegir, renunciar y una buena marca personal

    Elegir, renunciar y una buena marca personal

    Resulta que hoy he visto un video.

    Un video sobre marketing que decía que para tener una buena marca personal hay que renunciar a cosas.

    Claro, si eres una tia que promulga la belleza cruelty free, olvidate de ir a pop-ups de marcas ultraconocidas.

    Si quieres abogar por el minimalismo, olvídate de los paseítos por el ikea y los unboxing del shein.

    Y ejemplos de mierda, tenemos pa aburrir.

    La cosa es que claro, renunciar es una palabra que no gusta, que asusta y sabe a escasez, a aburrimiento, a peligro.

    No gusta.

    Por ende, no queremos elegir porque, inevitablemente, tenemos que renunciar.

    Tomamos el camino A, y no tomamos el B.

    Pasa el tren C y lo cogemos en vez de esperar al D.

    Y así.

    Mientras escribo se me encoge el pecho en una suerte de llamada de mis entrañas a salvarme el culo y no tener que verme nunca en esa tesitura.

    Fijaos, que tontería, sin saber que, continuamente estamos eligiendo. Y por ende renunciando.

    Y aquí seguimos.

    Depende de la persona a la que preguntemos puede se puede sentir como una decisión trascendental desde la elección del outfit del día, hasta la decisión de hacerse un té en vez de un café.

    No han sido nada desdeñables las veces en las que me he visto paralizada frente al armario pensando en qué me podrían deparar las siguientes 12 horas vitales, cuyo devenir podría verse truncado por mi elección de un vaquero en vez de un pantalón de pinzas.

    Así que con las elecciones importantes de verdad ya ni te cuento.

    Luego me acuerdo de que estamos viviendo en una enorme bola que flota en el espacio y lo que yo decida sobre mi vida importa un pimiento y se me pasa un poco.

    Así que bueno, he decidido hacerme una breve lista para aclimatarme un poco a esto de decidir y renunciar, para ponermelo un poquito más fácil la próxima vez que sienta una decisión demasiado pesada.

    Así que aquí la dejo:

    No elegir es elegir, y es, de todas, la elección más aburrida y desconcertante del mundo

    No elegir absolutamente nada implica estrés.

    Tú sabes que tienes que hacer algo pero la parálisis por el miedo que te da la decisión te lleva a quedarte inmovil asimilando el paso del tiempo como una posible solución.

    Spoiler: es mentira.

    Ese tiempo podrá cambiar tu parecer, pero, si hasta entonces has hecho como los topos y has escondido la cabeza en la tierra, solo estarás poniendo un parche al problema.

    No elegir quizá sea elegir que los demás elijan por ti

    No elegir o no decidir puede conllevar también asumir que los demás con sus decisiones puedan cambiar el rumbo de los acontecimientos en los que nos vemos inmersos.

    Pocas cosas recomiendo menos que no sentirse dueña de tu propio camino. Asi que toca espabilar, y si las cosas se tuercen, al menos que sea desde el barco que hemos escogido navegar.

    Elegir no es sentenciarse

    A veces parece que elegir algo importante es sentirse abocado a seguir ese camino para siempre.

    Nada más lejos de la realidad.

    Dentro de una decisión la mayoría de las veces lo que se transita es un camino de doble sentido que te permite dar la vuelta. Aunque eso conlleve esperar un poquito a la próxima rotonda.

    Además, la vida da muchas vueltas y lo que parece LA decisión luego resulta que era una absoluta tontería que no te supuso nada y la vida solita se ha encargado de llevarte por otros derroteros.

    Suelta un poquito el control y asume que no tienes tanto poder como crees sobre los acontecimientos.

    Trust the proccess

    Al final, por unas o por otras, todo acaba cobrando sentido.

    Confía.

    Besitos con sabor a panettone, que es de lo mejorcico que se puede enviar ahora mismo <3

  • Abandonar o retomar el libro que se te ha quedado atravesado: reflexiones y contradicciones.

    Abandonar o retomar el libro que se te ha quedado atravesado: reflexiones y contradicciones.

    Quise darle una oportunidad.

    Era el típico libro que veía en la estantería de la biblioteca y pensaba:

    Not for me, baby, not for me.

    Y es que, a veces, simplemente sabes discernir cuando una lectura es para ti y cuando no….

    …pero aquí está, sobre mi cama con su resplandeciente portada reflejando la luz del flexo y escuchando el suave tecleo de mis reflexiones.

    Sabe que hablo de él.

    Y hace más de una semana que no lo abro, y que lo veo más como una obligación que como un placer.

    Qué duro eso.

    Estamos en esa fase de la relación tóxica en la que piensas: «se veia venir, y no lo quise ver»

    Así que me debato entre tirar pa`lante o tirar la toalla. Dejarme llevar por el: «Déjalo, tia, te mereces a uno mejor», o el «cariño, dame una oportunidad».

    Es un libro tan distinto a lo que suelo leer últimamente que dejarlo a medias me reafirma en la idea de que el algoritmo nos tiene hipermalcriados.

    De vez en cuando hay que leer algo malo. Ver algo peor. Aburrirse, o incluso «perder el tiempo».

    Pero ese es otro melón.

    Mientras tanto, voy a dirimir la batalla más apremiante que tengo ante mi ahora:

    ¿Leer o no leer? Esa es la cuestión.

    Buenas noches <3

  • La vida pasa fuera de casa (y dando unos cuantos pasos)

    La vida pasa fuera de casa (y dando unos cuantos pasos)

    Hace aproximadamente mucho tiempo me di cuenta de algo:

    Soy una sedentaria.

    O, al menos, lo era.

    Una aplicación instalada por defecto en mi móvil encargada de contabilizar el número de pasos que hago al día se encargó de brindarme los datos que me llevaron a esa poco glamurosa conclusión.

    10000 pasos son los recomendados, parece ser, por la mayor parte de profesionales de la salud que habitan y divulgan, sin tener que buscar mucho, en nuestro planeta tierra.

    Cuál fue mi sorpresa cuando, un buen día, convencida de que una crossfitera como yo, que levantaba 100 kilos en peso muerto, era un organismo activo 24/7 y de movimientos siderales, no llegaba, apenas, a 5000 pasos por jornada.

    MMMMMmmmmmm Qué?

    No solo eso. Sino que fuentes fiables (véase dichos humanos duchos en las artes y las ciencias, autores, incluso, de papers científicos), se atrevían a decir que, por mucho que te ejercitaras regularmente de forma consciente y voluntaria en un templo del culto al cuerpo como es un gimnasio, querid@: si no llegas, al menos, a 10000 pasos, eres un putito sedentario.

    Como te lo estoy contando, y, si te acabas de enterar, pues lo siento mucho pero alguien tenía que decírtelo.

    Experimentos espacio-tiempo

    El caso es que, junto al tema de los pasos y mi gran desilusión por estar en un club al que sentía que no pertenecía, me preocupaba mucho el hecho de sentir que «no hacía nada con mi día».

    Nunca me sentía satisfecha y sentía que me faltaba tiempo para todo lo que quería hacer.

    Hasta que me di cuenta de algo que cambió por completo mi forma de enfocar el día.

    Me di cuenta de que cada vez que salgo de casa el tiempo parece crecer de forma exponencial.

    A lo ancho.

    Ejemplo:

    Si escucho un podcast en casa está bien, pero siento que no he hecho nada con mi vida.

    Si escucho un podcast mientras doy un paseo, wow, qué rato más bien aprovechado.

    Si me paso un rato leyendo en el sofá pues guay.

    Si me paso un rato fuera de casa, leo 4 carteles y saludo a 4 viandantes conocidos o no, wow, qué maravilla de día, somos amor y el mundo es un lugar maravilloso que habitar.

    Hacer cosas outside, salir de casa, llena mi tiempo de un peso y un significado que de otro modo no tendría.

    Y lo sé porque he pasado mucho tiempo dentro. Más del que me hubiese gustado y engañandome a mi misma pensando que era lo que en realidad necesitaba.

    Que lo que me recargaba era precisamente lo que drenaba mi energía.

    Quedarme dentro de casa y salir, a veces, solo para ir del coche a la puerta del trabajo, me tenía atada a una enfermedad que no sabía que estaba padeciendo.

    Esto, unido al firme compromiso que tengo con mi salud, hizo que tomase cartas en el asunto:

    • Cada día iría y volvería al trabajo andando (25 minutos de caminata que por lo que sea, ni me planteaba asumir)
    • Intentaría en la medida de lo posible llegar cada día a esos 10000 pasos, o, como mínimo a 8000
    • Trataría de pasar más tiempo fuera, y usaría las caminatas en lugar del jodido dumpscrolling sofatero en el que no soporto verme envuelta

    Vine buscando cobre y encontré oro

    Señoras y señores, pocas veces en mi vida he implementado algo y he visto resultados en tan poco tiempo.

    Como digo, no es solo que note que mi tiempo se ha dilatado, sino que es paradójico que, moviendome mucho más que antes, me noto mucho más enérgica.

    Volver a casa andando cuando salgo de noche se ha convertido en un muy buen momento del día, lejos de ser el tedio que me dije en algún momento que sería.

    Y estoy contenta. Muy contenta

    Me siento alineada con lo que soy y con lo que quiero en la vida.

    Me siento en sintonía con el universo, una ciudadana del mundo.

    En fin, que 10434 me he hecho hoy. Esos últimos 434 pa mis coleguitas los crossfiteros sedentarios.

    Un besico y 10000 pares de abrazos<3

  • Una terraza, un lugar idílico, y un café. La alquimia de la inspiración

    Una terraza, un lugar idílico, y un café. La alquimia de la inspiración

    No sé por qué, o más bien sé exactamente la razón, por la cual me gustan tanto las terrazas.

    En mi casa, mi habitación es la más luminosa. Un ventanal del suelo al techo ocupa una parte importande del espacio en el que habito desde que era niña.

    Creo que eso me ha malcriado.

    No soporto los sitios mal iluminados, y la luz se ha convertido en un must en cada casa que me ha acogido desde que recuerdo.

    Cuando más inspirada me siento, y más despacio quiero vivir, saboreo amaneceres desde que abro los ojos por la mañana a través de ese espacio que me separa del exterior.

    Llegó el covid, y agradecí profundamente tener una vía de escape que me conectaba con los demás.

    Con los que cantaban.

    Con los que gritaban: «Hola Don Pepito».

    Abría y sentía que el mundo, aunque al otro lado del marco de mi ventana, se colaba un poco a través de ella para inundar mi cuarto de una suerte de aire tranquilizador. Puro.

    La digievolución está claro que es el balcón.

    El balcón es la ventana llevada al extremo.

    ¿Estás dentro o fuera?

    Estás en la calle.

    Estás en el cielo (vivo en un piso alto).

    Estás sobre la cabeza de la gente (vivo en un piso bajo).

    Estás en el aire.

    Mis abuelos viven en un 11. Recuerdo envidiar su cuarentena en ese balcón. Saber que en cualquier momento podían salir «fuera» y hacer de ese «fuera» su «dentro».

    Sacarse un café y colorear el exterior con una escena costumbrista a los ojos de cualquier viandante.

    Para mi el balcón es el escenario perfecto en el que me imagino diseñando historias.

    Cogiendo ideas que el viento me susurra al oído y el horizonte me proyecta.

    En fin. Que un día, un buen día, estaré en uno, con un café a mi lado, tecleando mi próxima historia atravesada por un rayo de luz inundando mis células de vitamina D. Y el mundo lo sabrá, solo tendrá que mirar al balcón.

  • Lo que leer un libro titulado «tetas» con un niño de 6º curso puede enseñarte sobre la sociedad

    Lo que leer un libro titulado «tetas» con un niño de 6º curso puede enseñarte sobre la sociedad

    Trabajo en una biblioteca.

    A priori puede parecer una labor tranquila.

    Estás en un entorno amigable, aparentemente culto, donde los usuarios que entran son ávidos lectores, tremendamente respetuosos, y hablan en un tono de voz comfortable que permite comunicar sin molestar al que estudia. Una suerte de melodía que coexiste y eleva el concepto de biblioteca como remanso de paz o templo de la sabiduría.

    No seré yo la que intente que dejéis de pensar así. Dios me libre.

    Pero nada más lejos de la realidad.

    La biblioteca, como único lugar público en el que puedes entrar y llevarte cosas de alto valor de forma gratuita (sin cometer ningún delito), es un sitio que tiene, como todos, sus excentricidades.

    Y como yo trabajo allí, pues las conozco bien, y, algunas, son muy surrealistas.

    Esta mañana venía un grupo de 6º de primaria a realizar una actividad que hacemos con los colegios en la biblioteca, al fin de la cual han estado merodeando e inspeccionando cada rincón y sacando cada libro que encontraban a su paso.

    No me parece mal. Siento que si buscan, tocan, y leen por curiosidad es mucho más probable que se conviertan en buenas personas cuando crezcan.

    Y si no, pues se convertirán en lectores, que es casi caaaaaaaasi algo parecido.

    La cosa es que, dispersos como estaban los niños por la biblioteca, uno de ellos ha venido hacia mi muy disgustado por algo.

    -Seño (porque si, los niños que vienen de un cole nos llaman seño, sin ser yo nada de eso), ¡¡¡el profe Alberto no me deja leer un libro!!!

    Yo, que no esperaba unas declaraciones como esas de un niño que parecía el dolor de cabeza de absolutamente cualquier maestro, le dije:

    +¿Cómo que no?? Puedes leer lo que quieras, ¡para eso estás aquí!, ¿QUÉ LIBRO QUIERES LEER? (resalto la frase porque a partir de este momento mi paradigma interno ya no volvió a ser el mismo)

    EL DE «TETAS»

    Me cago en la madre que me parió.

    Sabía que teníamos ese libro en la biblioteca. Al igual que otros que explican el origen de la vida, cómo se tienen bebés, el sexo de las mariposas, cómo encontrar tu quinto chackra con un dedo metido en la nariz o mil cosas que es necesario que estén, pero que es complicado atender.

    Ese libro concretamente es para niños, y yo, en uno de los momentos en los que ordené la estantería sobre el cuerpo humano lo vi. Gracias al Señor porque si no me pilla prevenida lo mismo me da un jari de lo inesperado de la situación y lo gráfico de la portada.

    El caso es que el libro se lee en un plis y no hace otra cosa que explicar, desde la más absoluta normalidad, que los pechos son tanto de hombres como de mujeres, y que estos últimos son más grandes porque cumplen una función vital: amamantar a un bebé, se tenga este o no.

    Con esto en la cabeza y sabiendo que quizá ellos esperasen otro contenido me dije: ¡¡¡ESTA ES LA OPORTUNIDAD. LA OPORTUNIDAD DE NO SEXUALIZAR EL CUERPO FEMENINO Y NORMALIZAR LOS PECHOS DESDE UNA EDAD TEMPRANA DESDE UN LIBRO INFANTIL CON DIBUJITOS!!!! Joder, si, que lo lean. Van a ver. Esto es cojonudo.

    Les invito a leerlo en petit comité. Nada de grandes grupitos con los payasos de la clase que le sacan punta a cualquier coma.

    Me siento con ellos, movida casi por una inquietud científica por averiguar qué reacciones provocaba semejante lectura.

    ¿Qué esperais? ¿Aprendieron algo o no?

    Solo Dios sabe. Lo que sí se, es que se estuvieron descojonando cada 4 frases y media. Uno miraba al otro, el otro miraba al uno, y daba igual lo que hubiesen leído, se partían el ojete.

    La escena era tan surrealista que creo que normalizar, lo pudimos normalizar todo.

    Un niño leyendo en voz alta sobre tetas, otro criajo y yo, con casi 20 años más que ellos, a su lado mirando y escuchando. Uno riendo al compás, la otra guardando el tipo. Las imagenes sucediendose una detrás de otra cada cual más instructiva y carente de sexualización. Risas. Yo, absorta por el momentum.

    Si me lo cuentan a las 9 de la mañana no me lo creo, pero yo muy en mi papel.

    En fin. Que los críos, son críos, y que el «caca, culo, pedo, pis» (incluyendo teta, por supuesto), no es más que un vehículo para la coña, la risa y el anarquismo que en ellos borbotea por momentos, y que a mi, por otro lado, me parece tranquilizador.

    Besitos mojados en lec…en chocolate <3

  • Art before breakfast o cómo empezar a ser una tía superguay

    Art before breakfast o cómo empezar a ser una tía superguay

    No sé qué día era, ni quién lo llevó hasta allí.

    Solo sé que lo cogí y me lo quedé.

    «Art before breakfast» rezaba el título.

    Y allí, en la mesa del expurgo de la biblioteca, a escasos minutos de haber sido rechazado tanto por su donante como por su donatario, se encontraba el libro del que os hablo, postrado en la mesa a la espera de unos nuevos ojos a los que embaucar.

    Fui yo, claro. Curiosa como soy, leí el título y dos fueron las cosas que, para mi, eran un SI rotundo:

    1. El título estaba en inglés, y lo de leer en inglés, como asignatura pendiente y meta alcanzable, me ha parecido siempre un reto super/hiper interesante. ¿Si había entendido el título, podría ser el libro igual de comprensible?
    2. Llevaba dos de mis palabras favoritas: art y desayuno.

    Pa´lante.

    Me llevé mi nueva adquisición gratuita como quien salva una reliquia del olvido.

    Dramática yo? Si.

    Empecé a leerlo en verano y, tal y como pensaba, el libro se entiende estupendamente. Peeeeero, pasaba una cosica: el libro pide del lector una participación activa. Tan activa como que el propio autor escribe:

    «Lee este libro cuando te encuentres atascado. Pero no lo leas en vez de dibujar. No herirás mis sentimientos»

    Pasé unos días muy guays haciendome la guay yendo a comprarme un sketchbook (mi actividad favoritísima del mundo es comprarme accesorios que puede, o puede que no, utilice más de 1,5 veces) y haciendo dibujitos chulitos de tanto en tanto mientras me llevaba el libro a todos lados.

    Como una guay.

    Incluso si me ponía a ver un reality en inglés (como he dicho: super/hiper interesante), me llevaba conmigo mi libro agarrado como un crío de dos años, por si acaso, en medio del «Love is blind UK edition» me daba por ponerme a ser artista otra vez.

    Así soy yo, y así somos muchas.

    El caso es que 4 meses después de aquello, y obviamente sin éxito en el proyecto de ser una artista plástica en ciernes que ha completado un sketchbook en tan solo 5 días, después de leer su recién adquirido libro en inglés, mientras anda de vacaciones y ve realitys sobre casarse con desconocidos, pues he rescatado todos mis instrumentos de artisteo (libro included, of course) y he emprendido acciones al respecto. Entre otras, ser realista.

    ¿Qué es ser para mi ser REALISTA?

    Titulazo, temazo y melonazo que acabo de abrir.

    Pues no es dar por fracasado mi intento de dibujante slow-living que fluye con la creatividad. Of course not.

    Significa no ponerme trabas nada más empezar. O antes incluso de empezar. Querer tenerlo todo perfecto, bonito, ideal e idílico crea un muro entre yo y la acción que ya veo y conozco. Crear una pequeña escalera que me eleva sobre todo juicio y me permite explorar es un instrumento que he ido forjando poco a poco al darme cuenta de que no quiero ver los toros desde la barrera.

    Como decía esta semana una autora cuyo nombre no recuerdo nombrando a otro autor cuyo nombre recuerdo aún menos:

    Para percibir hay que participar

    Y esa frase, para mi, quiere decir que en la vida hay que mancharse las manos y meterse al ruedo a torear. Desde el muro opinar es tan fácil que a veces nada tiene que ver con la realidad, y solo bajando y enfrentando el día a día de accionar puede hacerle a una darse cuenta de si estaba en lo cierto.

    Teorizar, así, como concepto, está muy bien. Pero sin accionar no somos nadie. Naide.

    Art after breakfast

    En otra época de mi vida, hubiese pasado días sin dibujar solo por querer seguir a pies juntillas el título del libro.

    «Arte antes de desayunar». Coño, lo dice bien claro.

    Además, en las primeras páginas el autor propone hacerlo pre desayuno como actividad antes de iniciar algo que vamos a hacer sí o sí.

    Yo, que ya paso de mierdas y he trascendido ya al verdadero objetivo del libro que no es otro que dibujar, he empezado.

    Así, a bocajarro.

    Y resulta que, para mi sorpresa, he hecho un absoluto totum revolutum de cosas que:

    1. me gusta
    2. me parece objetivamente una mierda por ser una cosa imperfecta y carente de orden y proyecto. Lo que pasa es que ser consciente de ello y que aun así me guste me gusta aún más si cabe.

    La cosa es que estoy pintando un montón. Y me siento super guay por ello. Y pienso seguir, y seguir llevándome mi sketchbook a todos lados porque SIiiiiiIII, habrá un momento en medio del caos, el ruido, las redes sociales, y los realities en inglés, en el que me apetezca ser pintora.

    ¿Qué digo pintora? ARTISTA.

    Y que me digan que no, que me la bufa muchísimo.

    Cuando pinto por placer, por desahogo, por curiosidad, por probar, por descubrir, por aburrimiento, o por lo que sea por lo que me parezca bien hacerlo, soy un poco más una yo super atractiva que me encanta y me hace estar en paz conmigo.

    Así que, art before, art after, or art during breakfast, hazlo como te parezca y lo harás guay.

    Un besote y salpicaduras de pintura en los morros <3

  • Un Espacio Creativo: Escritura, Papelería y Estética

    Bienvenida a Tu Nuevo Refugio Creativo

    ¡Hola, amantes de la escritura y la papelería bonita! Este es un espacio diseñado especialmente para ti, que disfrutas cada trazo y cada palabra. Aquí, los colores vivos como el amarillo, el verde y el azul no solo decoran, sino que también inspiran. Te invitamos a sumergirte en un mundo donde la estética minimalista se mezcla con un toque irreverente, destacando la esencia de la juventud y la creatividad.

    Reflexiones y Creatividad en Cada Rincón

    Nuestras publicaciones no solo son un lugar para compartir ideas sobre escritura y papelería, sino que también serán un espacio para reflexiones. Aquí, podrás encontrar pensamientos sobre el acto de escribir, la importancia de los sketchbooks, y cómo los stickers aesthetics pueden transformar tu forma de ver el mundo. Es un lugar para aquellos que buscan inspiración, tanto en sus proyectos personales como en su día a día.

    Tienda de Stickers y Agendas: Dale Vida a Tu Creación

    Además de las reflexiones, tenemos una sección dedicada a la venta de nuestros productos. Desde pegatinas únicas hasta agendas llenas de vida, podrás encontrar lo que necesitas para darle un toque especial a tu escritura y tus proyectos de arte. Te invitamos a explorar y encontrar ese sticker perfecto que exprese tu personalidad. Recuerda, cada detalle cuenta y cada creación es una forma de arte.

  • Bienvenidos a Nuestro Espacio Creativo: Escritura, Estética y Reflexiones

    Un Refugio para los Amantes de la Escritura

    En nuestra página web, hemos creado un espacio especial para todos aquellos que disfrutan de la escritura, la lectura y la papelería bonita. Desde jóvenes creativos hasta amantes del arte, aquí encontrarás un lugar donde tus ideas pueden florecer, y donde la estética también juega un papel fundamental.

    Estilo Aesthetic y Minimalista

    Con colores vivos como el amarillo, el verde y el azul, nuestro sitio refleja un estilo que combina la comodidad con un toque irreverente. Nos enfocamos en crear una experiencia visual que infunda una sensación estética, sin el ruido visual que a menudo saturan otras plataformas. Los stickers y otros elementos de papelería que ofrecemos son ideales para adornar tus cuadernos y sketchbooks, promoviendo tu creatividad personal.

    Reflexiones y Productos Únicos

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  • Explorando la Estética de la Escritura: Un Espacio para Crear y Reflejar

    Bienvenidos a Nuestro Espacio Creativo

    En nuestra página web, hemos creado un rincón especial para los amantes de la escritura y la papelería bonita. Si eres alguien que disfruta de la lectura, la escritura y los stickers aesthetics, este es el lugar perfecto para ti. Nuestro enfoque está dirigido especialmente a la gente joven, buscando inspirar su creatividad a través de un diseño que mezcle lo minimalista y lo comfy con un toque irreverente.

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    Una Tienda para los Amantes de la Papelería

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